La muerte de un ser querido puede pesar mucho en el corazón de una persona. En algunos casos, el fallecido deja atrás a amigos y familiares que pueden haber dependido de él para obtener apoyo emocional o financiero. La pérdida de un ser querido debido a la negligencia de otra persona o entidad constituye una muerte por negligencia y, por lo tanto, puede ser la base para una demanda por muerte por negligencia.
¿Quién puede presentar una reclamación por muerte por negligencia?
La persona o personas que presentan un reclamo por muerte por negligencia pueden hacerlo a través de un representante, generalmente el albacea del patrimonio del fallecido. Algunos ejemplos de personas que pueden presentar una demanda por muerte por negligencia son los siguientes:
- Familia inmediata, como cónyuges, hijos y padres de hijos solteros.
- Algunos estados permiten que las parejas de hecho o de vida y los dependientes financieros presenten
- Los parientes lejanos, como abuelos o hermanos, son elegibles para presentar una solicitud en algunos estados.
- En algunos estados, cualquier persona que sufra una pérdida de apoyo financiero puede presentar una solicitud.
- Algunos estados también permiten que los padres de un feto fallecido presenten un reclamo por muerte por negligencia. Otros estados sólo permiten a los padres presentar la solicitud si el bebé nació vivo y murió después.
¿Contra quién puedo presentar una demanda por muerte por negligencia?
Las personas o entidades contra las que puede presentar una demanda por muerte por negligencia pueden ser cualquiera que tenga alguna responsabilidad por la muerte. Si su ser querido fue asesinado por un conductor ebrio, por ejemplo, los acusados podrían incluir al conductor culpable, la persona que le sirvió demasiado alcohol o incluso el dueño del lugar donde se emborrachó.
¿Qué tipo de daños y perjuicios se pueden solicitar?
Se pueden reclamar tres tipos diferentes de daños y perjuicios en un caso de muerte por negligencia: económicos, no económicos y punitivos.
Los daños económicos incluyen cosas como facturas médicas antes de la muerte, gastos funerarios, pérdida de los ingresos proyectados durante toda la vida del fallecido, pensiones, beneficios, etc.
Los daños no económicos pueden ser difíciles de calcular con precisión, especialmente porque incluyen cosas como dolor y sufrimiento, pérdida de consorcio, amor, compañerismo, crianza, protección, etc.
Los daños punitivos están destinados a actuar como castigo por acciones o negligencias particularmente malas. A veces, estos daños y perjuicios no están disponibles en ciertos estados o no son perseguibles contra ciertas entidades, como agencias gubernamentales.
Las demandas por muerte por negligencia suelen ser muy complicadas y emotivas, lo que hace que sea imperativo contratar a un abogado. El abogado McBride comprende su dolor y quiere, más que nada, conseguir lo que necesita para seguir viviendo después de la muerte de su ser querido.